Dedicatoria

Quiero que todo el mundo sepa la admiración que he sentido, siento y por siempre sentiré por esa persona de cuerpo frágil y delgado pero de espíritu grandioso. Tan grande, que estaba lleno de amor y humildad. ¿O acaso estabas lleno de magia? La magia, es irreal pero palpable, ilusión pero se vive, sutil pero fuerte, y en su complicada demostración al público parece lógica y fácil. Así eras y eres Tú, Paco Quero, al decir “Tú” me refiero a Tu vida personal y a Tu vida profesional. Un profesional como las copas de todos los pinos del Universo, Paco Quero. Un gran “Artista Pintor”, como te gustaba llamarte, sin prostituirte, refiriéndote, claro está, a tu obra. Un buenísimo profesor, dando cada soplo de vida en tus clases. En todo lo que hacías rebosabas amor y comprensión. Te admira y te quiere muchísima gente, pero nunca dudes que por toda la eternidad los que más te adoramos somos tu familia, que hemos vivido junto a ti todos los momentos de tu vida terrenal, que se nos antoja corta.

Deseo expresar mi opinión de tu pintura, Paco Quero, aunque es difícil escribir sobre lo que tú describes en tus obras tan magníficamente. Tu pintura, igual que Tú, es pura magia ¡y ya está!. De un lienzo en blanco iban surgiendo colores, luces y sombras, formas. Cuando te dabas cuenta que yo estaba detrás de ti, te ponías el pincel atravesado en la boca, marcabas ritmo de jazz con las manos y me preguntabas: “¿Cómo lo ves?”. De ahí surgía una complicidad tan hermosa, compartiendo ideas, detalles, besos, más ideas… “¿Te gusta?” me preguntabas. Cada cuadro lleva mucha vida nuestra, por eso no puedo describirlos uno a uno. Voy a opinar de todos, absolutamente de todos desde que, después de casarnos en 1969 empezaras a pintar, Francisco Quero De Miguel. Todo el mundo debe saber que, en cada uno de tus cuadros, pusiste un gran entusiasmo y la misma vida. Todo el mundo debe saber que, son obras de un arte especial, como eras tú mismo, Francisco Quero De Miguel. Aún todas las obras que dejaste sin concluir, porque ese grandioso espíritu tuyo, ya no cabía en tu débil cuerpo y te fuiste. Francisco Quero de Miguel, gran artista, genial pintor. Esposo amoroso, padre tierno, abuelo querido, hijo, sobrino y hermano cariñoso y perfecto. Has llevado una existencia de lucha por vivir. Has aprovechado cada momento de tu vida. Te has ido con las manos llenas y no sólo de obras de arte. Te has ido dejando una lección de cómo ser humano.

Has dejado un hueco tremendo en muchos corazones, y lo intentamos llenar con tu recuerdo tan vivo y con tus cuadros presentes. Te agradezco la oportunidad de haber sido tu compañera en el andar de la vida durante 40 años, y con orgullo ser la madre de tus hijos y la abuela de tus nietos.

¡Te queremos todos, Paco Quero!